No es ninguna novedad que seamos las mujeres quienes experimentamos en nuestros cuerpos, en nuestros hijos e hijas, en nuestros territorios, en nuestros quehaceres cotidianos los efectos del cambio climático con una severidad desproporcionada. ¿Por qué? Por el solo hecho de ser mujeres, porque pr...
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http://bibliotecadigital.ciren.cl/handle/123456789/29264