La miel está allí, al alcance de la mano, encapsulada en las celdas de la colmena. Para disfrutarla, sólo hay que atreverse a soportar la feroz defensa de las abejas. Y eso es lo que hizo el hombre durante milenios. Así, como un milagro, la miel se convirtió en un símbolo: de pureza, de amor, de ...
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http://bibliotecadigital.fia.cl/handle/20.500.11944/146659