Cuando el día se oscurece y los comercios cierran, la ciudad empieza poco a poco a mutar y adquirir nuevos rostros cambiantes. Es entonces cuando se abren caminos que conducen hacia la otredad, se multiplican las posibilidades de vivir circunstancias extrañas, de experimentar situaciones perturba...
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https://repositorio.udd.cl/handle/11447/567